Nos ha parecido sumamente interesante la visita guiada a la Real Fábrica de Tapices. Se conserva en pleno uso el antiguo edificio del siglo XIX y su equipamiento, y se siguen utilizando con fidelidad las técnicas empleadas en Flandes hace tres siglos.
Ver trabajar al equipo con sus técnicas artesanales es toda una incursión en el túnel del tiempo. Desde hace dos años están trabajando en un importante encargo para reproducir los tapices del Palacio Real de Dresde, Alemania, destruidos en la Segunda Guerra Mundial.
Historia de la fábrica
Una de las consecuencias de la Guerra de Sucesión fue la pérdida para la corona española de las posesiones en Flandes en 1713, y en 1719 se rompen las relaciones comerciales.
Como consecuencia de este hecho España se queda sin tapices nuevos ni quien repare los viejos. La importancia de los tapices era muy grande: servían para tapar paredes de piedra, aislar del frío, decorar las estancias, ensalzar las gestas de la familia etc.
Felipe V en 1721 crea la Real Fábrica de Tapices situándola en la puerta de Santa Bárbara (hoy calle Orellana, al lado de la Plaza de la Villa de París). Como luego haría Carlos III para la fábrica de porcelana, se trajo a maestros flamencos para su dirección y fabricación.
Francisco de Goya en 1775 entregó sus primeros cartones a la fábrica. También pintaron cartones en esa época los Bayeu, padre e hijo, suegro y cuñado de Goya.
En 1882 Alfonso XII autorizó la demolición de la fábrica para facilitar el ensanche de Madrid. En1889 se traslada la fábrica a su actual emplazamiento en la calle Fuenterrabía nº 2. Dedicada desde su fundación a fabricar tapices, alfombras y tejidos de lujo y su reparación goza de fama internacional, haciendo encargos tanto privados como públicos.
En1996 la fábrica se convierte en Fundación Real Fábrica de Tapices y en el año 2006 el edificio de la fábrica se convierte en Bien de Interés Cultural.
