Le damos las gracias a Basilides Manso por descubrirnos esta joya escondida de Madrid.
Esta iglesia, situada en pleno barrio de Malasaña (calle de la Puebla nº 22) es una verdadera joya del barroco madrileño que sorprende al visitante por su historia, su arquitectura y sus pinturas. En 1624 Felipe III mandó construir la iglesia, junto con un albergue y un hospital adosados, para sus súbditos portugueses que se encontraban en Madrid. Por eso su primer nombre fue San Antonio de los Portugueses.
Conseguida la independencia quedó sin destino hasta que la reina María de Austria (esposa de Carlos II) en 1668 la destinó al séquito de alemanes que la acompañaron a España y a los que llegaban infectos de herejía.
Se la conoce como “La Capilla Sixtina de Madrid“, gracias a Luca Giordano (Lucas Jordán), Juan Carreño y Francisco Ricci que no dejaron un centímetro sin pinturas. Desde la cornisa que es el anillo de la cúpula hay ocho tapices,representando hechos y milagros del San Antonio de Padua. En el zócalo hay efigies de reyes y santos de España, Francia, Alemania y Hungría. La iglesia no aparenta por fuera lo que guarda en su interior. Hasta la planta es singular, no tiene forma de cruz como es lo habitual, sino que es elipsoidal.
Se puede visitar libremente de lunes de sábado de 10:30 a 14:00 o realizar una visita guiada en grupo, concertando la visita en el teléfono (+34) 91 522 37 74. Pese a que no hay un precio establecido fijado, se recomienda aportar un donativo de 2€ para contribuir al mantenimiento de la iglesia.
Si te gusta el arte y la historia y aún no conoces esta joya escondida, es visita obligada.