
Le damos las gracias a Basilides Manso por contarnos tan bien la historia de nuestra emblemática Puerta del Sol.
La Puerta del Sol es la única plaza de Madrid que no lleva el apelativo de «plaza», es simplemente Puerta del Sol. Su configuración actual no tiene nada que ver con sus orígenes. En 1478 había una puerta en la llamada cerca del arrabal orientada al Levante. En el año 1520 durante la Guerra de las Comunidades se construyó un fuerte de adobe para defender Madrid de los comuneros y se pintó un sol en la puerta. De ahí quizás el origen del nombre.
El castillo fue derribado al poco tiempo y se construyó uno de ladrillo y cal entre la calle Montera y Carretas; éste fue demolido en 1570 para ensanchar la salida de Madrid. El lugar se convirtió en punto de encuentro, sobre todo las gradas de la iglesia de San Felipe el Real.
El edificio principal de la puerta es la Real Casa de Correos, actual sede de la Comunidad de Madrid y del reloj que da las campanadas oficiales de las 12 de la noche el día 31 de diciembre de cada año. Es el edificio más antiguo de la puerta, diseñado por el arquitecto francés Jaime Marquet por encargo de Carlos III y construido entre los años 1766 y 1768. El edificio pasó a ser Ministerio de la Gobernación en 1847 y para darle seguridad se derribaron algunos edificios cercanos creándose así una gran plaza, puesto que unos años antes, tras la desamortización de Mendizábal, ya se habían demolido el Convento de San Felipe el Real, el de Nuestra Señora de las Victorias, la Iglesia del Buen Suceso y la Fuente de la Mariblanca.
La Puerta del Sol ha sufrido muchas reformas a lo largo de su historia. Desde 1950 alberga el Kilómetro Cero, punto de arranque de todas las carreteras radiales de España. En 2009 se inauguró la estación de cercanías de Sol, con la caverna en suelo más grande del mundo, con 207 m de largo por 20 m de ancho y con un vestíbulo de 7500 metros cuadrados. Desde 2020 la Puerta del Sol está totalmente peatonalizada. La última remodelación se ha concluido en 2023.