María Teresa, usuaria del Centro, nos cuenta su experiencia con la pintura al óleo.
Cuando me jubilé a los 60 años tenía a mis hijas en casa, pero después de 4 ó 5 años mis hijas se independizaron y al tener más tiempo busqué actividades, y una de las que me atrajo fue la pintura. Comencé haciendo dibujos a carboncillo en clases de un Centro Cultural del ayuntamiento, y pronto me pasé al oleo. Llevo con esta técnica unos 6 años y ahora voy a clase un día a la semana. Nunca había pintado, pero me gustó mucho, porque me relajaba, desconectaba de las preocupaciones y el tiempo pasaba muy rápido.
Un año estuve viniendo a clase de dibujo del Centro de la Cruz Roja en Infanta Mercedes y me vino muy bien para mejorar.
Para que esta afición te satisfaga hay que cogerla con gusto y ganas, y si vas viendo que el resultado es satisfactorio, te vas animando más, aunque no esté perfecto. Al principio empecé a copiar cuadros de otros pintores y ahora ya estoy pintando mis propias composiciones.
Para empezar a pintar no es necesaria formación previa, pero ayuda que no se te dé mal el dibujo. Yo aconsejaría comenzar dibujando con lápiz o carboncillo, sin temor a hacerlo mal, y pasar al óleo cuando ya se haya ganado confianza.
La pintura al óleo no es una afición cara; sí requiere una cierta inversión en materiales, pero si se pinta de manera continuada, en seguida se amortiza.
Jugando con la mezcla de colores experimentamos el placer de pintar. ¡Os animo a probarlo!