
Gracias a Basilides Manso por traernos la legendaria historia del barrio de Lavapiés.
Sobre la base de algunos autores del siglo XIX ha estado muy extendida la creencia de que Lavapiés era la judería de Madrid desde tiempos medievales. Sin embargo, historiadores más recientes rechazan el pasado judío del barrio al no existir evidencia documental o arqueológica que lo avale.
Durante muchas épocas de la Reconquista convivieron en paz las tres religiones que había en España, cristianos, musulmanes y judíos, tanto en los reinos cristianos como en los árabes. En los reinos cristianos siempre había, interesadamente, alguien que les acusaba de deicidas (habían matado a Jesús) y se desarrollaba la caza y muerte de los judíos. Empezaban en una ciudad o zona y se propagaba a las zonas cercanas o a todo el reino, y a veces saltaba las fronteras.
Con la reconquista de Madrid los judíos quedaron relegados a los aledaños de la sinagoga de Lavapiés a la que se entraba por la calle de la Fe. Fueron condenados a levantar una cerca para separarles de los cristianos, lo que constituía una aljama o judería. La aljama comprendía las calles de Tribulete, Sombrerete, Lavapiés, Salitre, Argumosa y Fe, y los judíos no podían tener propiedades fuera de ellas. Se dedicaban a los oficios que podían desempeñar en su casa o taller.
En 1391 el arcediano de Écija Ferrán Martínez (representante del obispo de Sevilla) se dedicó a predicar contra los judíos. En sus sermones exigía la demolición de las sinagogas sevillanas y las de todo el reino de Castilla. Hubo miles de muertes en la judería de Sevilla y las persecuciones de judíos se extendieron a Castilla y otros reinos de España. La aljama de Madrid fue asaltada y los judíos perseguidos y asesinados, no se sabe el número de muertos, no hay datos, ya que los archivos desaparecieron en el siglo XV.
Otros muchos de los que se salvaron fueron bautizados, pero a veces eran judíos en privado y cristianos en público. Ante este fenómeno judaizante los Reyes Católicos pidieron al Papa Sixto IV la creación de la Inquisición para cuidar de la pureza de la religión, y como no lo conseguían decretaron la expulsión en 1492, que diezmó la población de Lavapiés.
La Inquisición fue primeramente abolida por Napoleón Bonaparte en 1808, y después de varias restituciones y aboliciones por parte de Fernando VII, fue definitivamente suprimida en la regencia de Mª Cristina de Borbón en 1834. Ya hacía años que no existía en Europa.