Mi amigo Pepe y yo damos largos paseos dos veces por semana por alguno de los numerosos parques de Madrid para mantener la forma y mover también las neuronas.
El otro día, pisando las hojas amarillas que no paraban de caer, tocaba hablar de nuestros gustos alimentarios y de nuestras dietas favoritas. Pepe decía que en su vida había entrado poco en la cocina y que se conformaba con lo que le servían en casa o en los restaurantes del barrio a los que acudía con frecuencia. Sin embargo, siempre había admirado el trabajo en los fogones y a los que se dedican a guisar cosas ricas y sencillas.
Me acordé entonces que yo había visto en el Blog Los mayores cuentan un apartado titulado Con mucho gusto donde aparecían recetas fáciles de cocinar y que animarían a cualquiera a remangarse y encender la lumbre. Para picar a Pepe le comenté que mi vecino del quinto, otro que tal baila en la cocina, me dijo que se había lanzado el domingo a preparar por primera vez en su vida unas bravas. Había picado cebolla y ajo, añadido hoja de laurel, perejil fresco, pimienta negra molida y harina, sin parar de remover. A continuación, incorporó pimentón dulce y picante y echó agua. Al final, la mezcla la pasó por el pasapuré y la embotelló. Más adelante se incorporarían las patatas.
Pepe quedó contento con la explicación y prometió que haría sus pinitos en la cocina con esta receta. ¡Ah! y si quieres más detalles, la puedes encontrar en YouTube, donde tú ves a la Chanel.