
Le damos las gracias a Basilides Manso por revelarnos el origen tan desconocido del nombre de Madrid.
El primer nombre del asentamiento de nuestra urbe se deriva de la lengua romance «matrich» que significa matriz, interpretado como matriz de aguas o manantial, arroyo que discurría por la hoy calle Segovia.
La evolución del topónimo vendría a su vez del latín Matric(em). El asentamiento visigodo dio origen a Madrid, que se estableció en un terreno plagado de aguas subterráneas, con abundantes ríos y arroyos. Uno de los primeros blasones que figuró en su escudo reza: «Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son, ésta es mi insignia y mi blasón»
Los árabes, grandes maestros en las canalizaciones mantuvieron la denominación pero adaptándola a su fonética, transformándola en Mayrit, que viene del término árabe mayra (matriz, manantial) y el sufijo «it» (lugar de); como la «y» se pronuncia en arabe «dj» se queda en Madjrit.
En la lengua romance que hablaban nuestros antepasados Madrid se llamaba Matric que se pronuncia Matrit. La variante cristiana Magerit es la trascripción del nombre árabe Mayrit.