
Le damos las gracias a Basilides Manso por contarnos el origen tan desconocido de esta expresión tan nuestra.
De Madrid al cielo…
… que completada dice “de Madrid al cielo y un agujerito para poder verlo».
Hay una antigua leyenda centrada el cerro de Garabitas en la Casa de Campo, que cuenta que allí se concentran las almas de los que han vivido o muerto en Madrid; tras su fallecimiento y durante la madrugada emprenden el camino hacia el más allá.
Hay muy pocos que estando en este lugar han visto el fenómeno consistente en una especie de nube de color violáceo que se eleva lentamente hacia el infinito. Dicen que antes de este momento se ven pequeñas luces por entre las ramas de los arboles: son las almas que luchan por aferrarse a una rama y no marcharse de Madrid, que se divisa muy bien desde este cerro.
Lo más razonable es que después de Carlos III, Madrid quedó tan bonito que era una pena dejar de verlo y por eso se pedía un agujerito para seguir disfrutándolo desde el más allá. El autor de la frase se cree que fue Luis Quiñones de Benavente, creador del entremés “Baile del invierno y el verano”, donde encontramos los siguientes versos:
“Pues el invierno y el verano,
En Madrid solo son buenos,
desde la cuna a Madrid
y desde Madrid al cielo”
No olvidemos el agujerito.