
LA VIRGEN PURA
Había un día en el que los chicos, los de catorce años y los de trece años, que estaban próximos a dejar la escuela, pedían por las casas del pueblo, donde les daban chorizo, morcillas, huevos, patatas, etc. Al llegar a la puerta, se cantaba una canción, que decía así:
Si dan una, por la Virgen pura,
Si dan dos, por la madre de Dios,
Si dan tres, por San Ginés,
Si dan cuatro, por San Marcos,
Si dan cinco, por San Jacinto,
Si dan seis, por San Andrés,
Si dan siete, por San Silvestre,
Si dan ocho, por la burra del tío Pocho,
Ángeles somos, del cielo venimos,
Huevos pedimos, para Jesucristo,
Que viene por el camino,
Con la cruz a cuestas,
Amén Jesús.
Esto se hacía en Araúzo de Miel, el pueblo donde me crié, el Lunes de Pascua.
EL DOMINGO GORDO
Pero lo mismo se hacía en Carazo, que es el pueblo donde nací, se hacía el Domingo de Ramos y se llamaba Domingo Gordo.
También en Carazo, era costumbre que la noche de Todos los Santos, al Día de Difuntos, las campanas se tocaban toda la noche en intervalos de media hora, esta labor les correspondía a los mozos que entraban en quintas ese año, lo celebraban comprando generalmente una machorra, que no es otra cosa que una oveja estéril, y la comían en la cocina que había en el ayuntamiento, bien a las ascuas o guisadas con patatas. Cada media hora subían de dos en dos a voltear las campanas, hasta el alba, pero mientras quedara comida seguían, de tal manera que, alguna vez han estado hasta tres días celebrándolo.