Los Mayores Cuentan

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San Fermín

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Muchas gracias a Mª Luisa Illobre por su personal reflexión sobre los sanfermines. Aunque este año ya han pasado, su relato nos parece igualmente relevante y sustancioso.

Por fin ha llegado San Fermín. Para la mayoría de jóvenes y talluditos de Pamplona ha llegado el santo más esperado del año. En mi caso no comprendo por qué San Fermín, que entiendo que sería considerado con una bondad infinita, tiene que ser patrón de estos festejos. Seguro que desde su altarcito en la calle Estafeta contempla admirado la cantidad de corredores que pasan disparados entre los toros bravos con las consiguientes caídas, resbalones, empujones y demás que pasan bajo su pequeña imagen.

No todos los corredores van en perfectas condiciones de carrera. La mayoría acuden después de haber ingerido la noche anterior todo el líquido que su estómago puede soportar. Algún banco de la plaza habrá sido su cama hasta la hora que sonará el petardo anunciando que aparecerán los toros desde los corrales donde están encerrados.  Entonces ya se armará la locura total, pues la manada compuesta de toros bravos, cabestros y multitud de corredores se pondrá en marcha en una  avalancha de animales y personas , corriendo a toda la velocidad posible por una superficie que en condiciones normales está resbaladiza.

La manada en su carrera, al estar rodeada de aquel tumulto, tanto por delante como detrás lanza derrotes a todo lo que encuentra que, igual son personas como talanqueras, dejando un rastro de chavales con seguramente pequeños puntazos que les impidan seguir corriendo (esto en el mejor de los casos).

La llegada a la entrada de la plaza de toros suele ser aún más traumática, pues no permite su paso a todo el tropel, formándose un enorme montón intentando entrar, lo cual es prácticamente imposible porque la puerta es de tamaño reducido y no da más de sí.

Ya dentro, a los animales no se les ha terminado el sufrimiento, pues siguen las carreras, revolcones y hasta hay valientes que se atreven a dar algún pase con las consecuencias sabidas (desgraciadamente). Se olvidan de que son TOROS BRAVOS y están criados precisamente para ser así.

Como puede apreciarse soy anti-taurina. No soporto hacer sufrir a los animales, sean de cualquier raza.

Espero que estas fiestas de San Fermín terminen bien para todos. Que quede un buen recuerdo tanto en lo taurino como en otras situaciones (que también se dan).