
Basilides Manso nos cuenta un juego de puntería con siglos de historia que aún se juega en gran parte de Castilla y el norte de España.
Se necesita una «calva», que es una pieza de madera en forma de ángulo recto u obtuso, de unos 50cm. de lado y unos 10,15 cm de ancho, y colocada de pie en el suelo.
Participan dos equipos, cada jugador con su piedra lo más cilíndrica posible hace su tiro para dar a la calva desde una distancia de unos 15 metros, y a continuación tira uno del otro equipo.
Se van sumando los tantos de cada equipo, con la particularidad de que no gana el primero que llega a la cantidad fijada, normalmente, porque hay que esperar a que tiren todos los jugadores de ambos equipos. En este momento se proclama vencedor por el juez de calva, que es la persona que valida los tantos.
El tanto se consigue cuando la piedra da limpiamente en la madera de la calva, no vale que de en el suelo antes o a la vez. Esto origina diferentes opiniones como en todas las competiciones, nada que no se pueda solucionar con unas jarras de vino.
¿Por qué se llama juego de la calva? Como se jugaba en el campo y habitualmente estaba lleno de hierba, había que limpiar el terreno para que se viera bien la pieza de madera, creándose así una “calva”.